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"Las primeras lanchas se inspiraban en los autos”

Hombre al agua. Mario Marzi pertenece a la tercera generación de Astillero Campanili, la empresa que fundó su abuelo Aroldo. Por herencia, elige el viento en la cara a la comodidad del auto, así como prefiere el deporte a jugar con la Play.

Cuando Mario Marzi habla de manejar, por lo general no se refiere a automóviles sino a embarcaciones de distinto tipo y tamaño. 'Practico deportes náuticos: corro en veleros en clase J24, y nunca corrí en lancha pero practiqué muchos años esquí y windsurf', cuenta.

–¿Auto o lancha?

–Son dos cosas distintas: la sensación de manejar una lancha es espectacular, porque vas navegando. Ir a 50 km por hora en una lancha es equivalente a ir a 100 en auto, con más percepción de libertad, viento, sin semáforos ni lomos de burro: podés ir adonde vos querés. En cambio, para mí el auto es un medio de transporte, no algo que uso por gusto. Nunca le di valor a los autos de alta gama, prefiero uno citadino fácil de estacionar para la ciudad, y para viajar con los chicos, por comodidad y seguridad, sí prefiero uno más grande.

–¿Ejemplos?

–Me gusta el Fiat 500 como auto citadino, me parece lindo, divertido; para viajar, un ejemplo sería una camioneta Audi Q7. Me gusta ir a Mendoza a esquiar, y las camionetas son ideales, por su espacio y comodidad. Y si es 4 x4, mejor.

–Ya que estamos: ¿esquí en nieve o en agua?

–En lancha, necesitás el agua para que te propulse; en la nieve, sos autónomo, por eso el esquí en nieve tiene mayor auge, y a mí me divierte más.

–Contáme la historia del astillero...

– Mi abuelo, Aroldo Campanili, llegó a los 14 años al país, proveniente de Italia. Allá, a esa edad él ya trabajaba en una carpintería que hacía muebles de estilo. Acá estuvo 8 años en una carpintería, y apenas pudo, como tenía oficio y garra, abrió su propio local y empezó a prosperar. Llegó a tener una empresa grande de instalación de muebles para negocios.

–¿Y las lanchas?

–Había vivido cerca del Mar Adriático, y navegar era muy especial para él. Así que aquí participó del Club Náutico Córdoba: hacía una estructura de columnas longitudinales y cuadernas transversales para darle la forma a la lancha, y después la revestía con listones de madera. Empezó a hacerlo en sus ratos libres, las llevaba al lago y les ponía un motor de auto 'marinizado'. No alcanzaba a hacer una y ya la vendía, hasta que tuvo más demanda de lanchas que de muebles.

–Y llegó la fibra...

–En el año ’58 aparece la fibra de vidrio, desarrollada para las alas de aviones y uso militar, y se empezó a utilizar también en embarcaciones. Mi abuelo consiguió de la Fábrica Militar de Aviones unas muestras, y descubrió que el tiempo de fabricación de una lancha se reducía a una décima parte. Entonces hizo una matriz: fue el primer astillero en el país en hacer una lancha de fibra.

–¿Y el diseño?

–En diseño, las primeras lanchas imitaban a los autos que estaban de moda: veías lanchas que tenían la forma de un Valiant, y el casco era 'prueba y error'. En diseño, los líderes siempre han sido los norteamericanos: la mitad de las lanchas que se fabrican en el mundo se venden en Estados Unidos. Esa tendencia se mantiene hasta hoy; un diseño que pega allá, tarde o temprano pegará en todo el mundo. Ellos arman un modelo en una pantalla, le dan la orden a un plotter de corte de que la talle en tamaño real, y así desarrollan modelos nuevos todos los años. Nosotros sacamos un diseño nuevo cada año y medio, dos años, por segmento: botes de pescadores, lanchas hasta 40 Hp, hasta 115 Hp, hasta 200 Hp y de más de 200 Hp.

–Cambio de tema: ¿cómo te fue con la tecnología?

–Si bien nunca fui un experto, he tratado de seguirla, es clave en la evolución de las empresas: la que no adopta soluciones tecnológicas está condenada a desaparecer, por eso en software y en sistemas de comunicación hay que estar al día.

–¿Y te entretiene?

–En lo personal, trato de reducir el uso de la tecnología en mis tiempos libres a lo elemental: comunicación con mi familia y mis amigos. No soy adicto a Facebook, Twitter, ni LinkedIn. Sí me gusta ver en tele grande, nítido y con buen sonido, y algo de videojuegos, pero prefiero el aire libre.

–¿Compartís actividades 'tecno' con tus hijos?

–La forma de comunicarme con ellos es a través de una actividad deportiva, sacarlos al aire libre y que ellos no me metan a jugar con la Play. Apoyo a las nenas para que jueguen al hockey, y si estamos en el lago, los subo a practicar esquí. Pero, claro, ellos sí usan redes: si los chicos no tienen eso, es como si estuvieran incomunicados. Posiblemente el tema seguridad se me esté yendo de las manos, así que estoy cerca de ellos y trato de que tengan buenas amistades también allí.

–Para terminar: ¿participaste del diseño de tu casa?

–Sí, tengo un amigo de la infancia que es arquitecto y le propuse qué tipo de casa quería tener: dos plantas, con dormitorios arriba y cocina, comedor, estar abajo, con un estilo moderno. Me gustan los ambientes grandes, así que dentro de lo que permitía el terreno hicimos una casa generosa, integrada, sin puertas en cocina y comedor: es todo un estar grande, donde el que cocina no está aislado de los demás, y donde predominan los colores 'tranqui', el gris claro, los colores pasteles, y eventualmente una pared con alguno más vistoso.

Mario por Mario

'Tengo 43 años, nací y viví siempre en Córdoba, estoy casado y tengo 3 hijos, 2 nenas y un varón. Estudié Ciencias Económicas en la universidad, y desde antes de recibirme trabajo en el astillero; incluso de chico, ya trabajaba medio día en la fábrica. Siempre practicamos deportes náuticos y estuvimos muy vinculados a esa actividad. Hoy, participo activamente en las instituciones deportivas de Villa Carlos Paz, como el Club Motonáutico, y estoy en la comisión del Club Náutico Córdoba'.

NOTA ORGINAL: http://www.lavoz.com.ar/personajes/las-primeras-lanchas-se-inspiraban-en-los-autos

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